viernes, 4 de noviembre de 2011

No te detengas

Agua fresca de las fuentes bebe,
reposa sobre las muelles piedras,
yace entre amapolas y jaramagos.
...Desde el cielo como águila vuela

Pero hija mía, no te detengas

Jugosas resinas y ambrosías,
manso elixir de las uvas tiernas,
néctar de corolas y pistilos
enceren tus hélices viajeras

Vuela, hija mía, no te detengas

No te espanten sus monstruos sin alas
no te asusten sus voces siniestras
no bebas del cáliz de su amargura
No dejes que te aten sus miserias

Sigue hija mía, no te detengas

No te creas sus viejos refranes
no, no escuches sus canciones viejas
no te pongas sus crueles disfraces
no te sientes en sus falsas mesas

Vive hija mía, no te detengas

Siente tus manos cuando arañan
las entrañas de las madrigueras
llénalas de cuerpos y de espuma
úngelas con resina de almendras

No, hija mía, nunca te detengas

Rompe con la furia de tu risa
la senda de mudas calaveras
quema sus caducos pergaminos
huye de su calabozo de ideas

Vuela, hija mìa, no te detengas

Escupe sobre sus tristes tumbas
donde se pudren sus carnes muertas
y con música de cascabeles
apaga el tropel de sus cadenas

Vive, hija mía, no te detengas

Abre esas manos como alas
besa caminos y besa veredas
abraza la lluvia y el viento doma
acaricia a las frías estrellas

No, hija mía, nunca te detengas

No permitas que de los sepulcros
crezcan vigas y florezcan rejas;
que responda de tu risa el trueno
al relámpago de su tristeza.

Y sigue que no te detengan

Que la muerte se quede con ellos,
porque tú heredarás la tierra.

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