lunes, 19 de diciembre de 2011

El número marcado no existe

Son solo ocho números
sólo ocho
combinados al azar
por una máquina sin alma.

Sin embargo...
tiemblan en mis manos
las curvas sensuales del seis y del nueve
la rotundidad obtusa del cero
la ligereza del dos
la presencia alarmante de los cincos
el alegre tirabuzón del tres

Sólo ocho números
que hasta ayer abrían la puerta del paraíso
que contenían la alquimia
de la gloria.
Detrás estaba tu voz
y lo que hicimos y pensabamos hacer.

Ocho números
que desaparecen de este objeto
absurdo que ya no tiene sentido
si tu no respiras dentro.

Desaparece el seis
y la arena rodando por tu espalda
y las caracolas marinas
y el cielo ahogándose en el mar.
y el nueve entre as sábanas enredadas en mis piernas
al amanecer
y el beso en el hombro desnudo
antes de ir a trabajar.
La sonrisa soñolienta
primer gesto del alba en mi piel
la dorada desnudez de tu espalda
latiendo viva y caliente
a mi lado.

El dos se lleva
el río Tajo y las sombras de la Alfama
la mano que no quiere soltar mi mano
el vino verde
el avión -tres- que nos puso uno frente a otro
Una cola de aeropuertos y maletas
idas y venidas

Besos de bienvenida y besos de adiós.

Con el cinco vuela la nieve en la ventana
el vestido negro
la flor roja en el pelo
las risas cascabeleando en el silencio
las lágrimas vertidas
el rimel manchando la camisa blanca
las luces de ciudades
de piedra blanda.

Armada invencible de los cincos
que acribillan los te amos
los te odios
los deseos
los gritos y los silencios
y una tarde lluviosa en un Paris
sin notredame y sin louvre ni chapmselisees.

Ahora este objeto
en mis manos vuelve a ser
un corazón sin latido
ahora ya sus números no se combinan
en la sagrada conjunción
de los astros y las estrellas
que hacen que vivir sea asunto del corazón
y no de las piernas.

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