Volaron los pájaros de la noche
rondaron el humo de las chimeneas
y se envolvieron en nubes de gasa
como fantasmas sin muerto a quien imitar.
Terribles aves de las tinieblas
empeñadas en tus ojos
Yo misma medí la profundidad del lacrimal
de-li-ca-da-men-te
para que no sospecharas
para que el temblor de los dedos no despertara
al insecto que duerme en el ámbar de tu pupila
Yo misma hice señas y me revolqué en negras plumas
Los vi venir a beberse el agua
como si el dolor fuese un reclamo
Y no quise saber nada más de mí
Sabes.
Me quedé sentada sobre una piedra helada
y vi a todos los que se fugaron
para vivir eso que llamaban vida:
un puñado de lágrimas aquí
un grito de auxilio allá
Quién si no tus venas amarillas podían recoger
todas las escorrentías de la última tormenta
Lloramos toda la noche
para dar de beber a los pájaros
Volaron los pájaros de la noche
rondaron el humo de las chimeneas
y se envolvieron en nubes de gasa
como fantasmas sin muerto a quien imitar.
Terribles aves de las tinieblas
empeñadas en tus ojos
Yo misma medí la profundidad del lacrimal
de-li-ca-da-men-te
para que no sospecharas
para que el temblor de los dedos no despertara
al insecto que duerme en el ámbar de tu pupila
Yo misma hice señas y me revolqué en negras plumas
Los vi venir a beberse el agua
como si el dolor fuese un reclamo
Y no quise saber nada más de mí
Sabes.
Me quedé sentada sobre una piedra helada
y vi a todos los que se fugaron
para vivir eso que llamaban vida:
un puñado de lágrimas aquí
un grito de auxilio allá
Quién si no tus venas amarillas podían recoger
todas las escorrentías de la última tormenta
Lloramos toda la noche
para dar de beber a los pájaros
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