Aquella diosa de risa libre
aquella reina de lengua suelta
aquélla que señalaba con el dedo
tú y tú
pero tú no.
La más bella entre las bellas
la más mala entre las malas
acompañada siempre
de su fiel espejo
Aquella del tacón de aguja
que dejaba como único recuerdo
sobre las sábanas del amante
la huella del rojo granada
de sus labios.
Aquélla que escapaba
antes del alba para evitar
las tiernas conversaciones
o las elegantes despedidas
del día después cuando las copas
eran ya solo
sucio cristal
Aquella que reía a carcajadas
frente a un café y un pastel de trufa
divulgando sin piedad
el tamaño del pene
de su última víctima
Aquella que señalaba en un mapa
el futuro y el avión
el barco y el mañana
Amante de aeropuertos
y de estaciones de tren
de la noche y de la lluvia
y de la niebla sin farolas
Aquella es la que busco
maldita sea
Aquella me hace falta
como sea hay que traerla
hay que salvarla
de las enredaderas del amor
donde ahora anda
escribiendo versos.
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