martes, 9 de agosto de 2011

Lisboa

Blanquean sobre el Tejo alas de paloma

un manto marino le pone el cielo

que se viste de negro terciopelo

cuando la noche al infierno se asoma

Llanto de escaleras que se desploma

entre las lágrimas de tu pañuelo

que sobre el oceano se lanza al vuelo

y embriaga el aire de tu aroma

Lisboa se suicida cada mañana

y vestida de pecado en la noche

para salvarse se acoge a altana

No hay perdón para el dorado broche

que llamea y delira en su alma profana

ni hay dios ni diablo que se lo reproche.

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