Blanquean sobre el Tejo alas de paloma
un manto marino le pone el cielo
que se viste de negro terciopelo
cuando la noche al infierno se asoma
Llanto de escaleras que se desploma
entre las lágrimas de tu pañuelo
que sobre el oceano se lanza al vuelo
y embriaga el aire de tu aroma
Lisboa se suicida cada mañana
y vestida de pecado en la noche
para salvarse se acoge a altana
No hay perdón para el dorado broche
que llamea y delira en su alma profana
ni hay dios ni diablo que se lo reproche.
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