Tuvieron que explotar los cielos
y que llover piedras de lava
entre el girar absurdo de los planetas.
Tuvo que hervir el légamo
y secarse bajo mil diluvios,
esperando el agua limpia.
Tuvieron que unirse y separarse
mares y continentes.
Y tuvo que arder el fondo del océano
y que helarse la entraña de la tierra.
Tuvieron que formarse criaturas microscópicas
de ojos asustadizos y melenas fosforescentes;
y magníficos ejemplares de bestias
devoradoras de muelles carnes
y de huesos duros.
Tuvieron que crecer colosales árboledas,
y bizarras acémilas
debieron machacar, con sus muelas planas,
cada tallo, cada hoja, cada pistilo.
.Tuvieron que copular especies extrañas
y parir las hembras, aullando,
perdidas en las noches de los tiempos.
Millones de criaturas a la intemperie,
listas para lo que se avecinara.
Tuvieron que templarse las nieves
y que calmarse los fuegos
para que unos seres sin piel y sin plumas
se lanzasen temblando
a recorrer las estepas,
desnudos, sin la coraza de los árboles
sin el abrazo de sus ramas,
ni la solidaridad de los simios
Hubieron de descubrir el amor,
el arte, la angustia, la sintáxis y las ansias
y hubieron de matarse y perdonarse
mil veces la vida
para que un día,
para que hoy,
ahora,
tú
estes aquí
mirándome.
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