domingo, 14 de agosto de 2011

Unos ojos que miran





Tuvieron que explotar los cielos

y que llover piedras de lava

entre el girar absurdo de los planetas.

Tuvo que hervir el légamo

y secarse bajo mil diluvios,

esperando el agua limpia. 




Tuvieron que unirse y separarse

mares y continentes. 

Y tuvo que arder el fondo del océano

y que helarse la entraña de la tierra.

Tuvieron que formarse criaturas microscópicas

de ojos asustadizos y melenas fosforescentes;

y magníficos ejemplares de bestias

devoradoras de muelles carnes 

y de huesos duros.

Tuvieron que crecer colosales árboledas,

y bizarras acémilas

debieron machacar, con sus muelas planas,

cada tallo, cada hoja, cada pistilo.




.Tuvieron que copular especies extrañas

y parir las hembras, aullando,

perdidas en las noches de los tiempos.

Millones de criaturas a la intemperie,

listas para lo que se avecinara.

Tuvieron que templarse las nieves

y que calmarse los fuegos

para que unos seres sin piel y sin plumas

se lanzasen temblando

a recorrer las estepas,

desnudos, sin la coraza de los árboles

sin el abrazo de sus ramas,

ni la solidaridad de los simios

Hubieron de descubrir el amor,

el arte, la angustia, la sintáxis y las ansias

y hubieron de matarse y perdonarse 

mil veces la vida

para que un día, 

para que hoy,

ahora, 


estes aquí



mirándome.

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