lunes, 29 de agosto de 2011

Entre visillos





Yo misma cosí esas cortinas,
elegí las telas,
medí los huecos
y los cubrí,
pacientemente
con una orgía de pájaros
de lilas y de bodoques.
Yo compré esos vasos
y cambié cada día
el agua de las flores
y las flores del agua
y puse esas piedrecitas
para sostener bien los tallos
en su agonía final
Yo misma llené los cajones
y perfumé los armarios,
elegí el color de las paredes
dibujé mis iniciales
y las suyas
enlazadas como serpientes
en las toallas
y en los embozos;
y combiné las alfombrillas
y los cepillos de dientes
con la cerámica de la jabonera
Yo, sí, yo,
bailé la danza
de las motas de polvo
en las rebanadas de luz
cortadas a mi gusto.
Hice brillar las figuritas de metal
y desaparecer los cristales
y mentir a los espejos
Yo misma elegí esa colcha violeta
y la estiré
con tanta amor
que su tersura
parecía cosa de dioses
ajena a la mano humana
Construí todo eso, yo,
yo misma
Todo esto
de la nada.
Todo este castillo
medio encantado
donde todo encaja
en el puzzle de una vida
formada de colchas, brochas y cortinas
Todo menos yo misma,
yo misma
yo que ya no quepo aquí,
yo misma
exiliada
del paraiso que dibujé
sobre una hoja
de papel
mojado.



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