Yo a ese tipo no le gusto
No está entre sus preferencias
mi larga lengua
mi afición a los tacones de aguja
al rojo rabioso de labios
al olor de la tinta fresca
y a las pieles de Wanda.
Ha escrito en su libro de instrucciones
que la mujer que entrará en su paraíso
irá descalza y sin maquillar
desnuda de alma,
lista para ser tomada
sin mucha resistencia.
Las que se asoman
a la sintaxis como a un abismo
y se meten entre las sábanas
como el único edén
y en las garras de la noche
como en la redención
del tedio
de la insolente luz
que iguala las ciudades y los pasos,
no caben entre las mullidas ovejas
de su tierno rebaño.
Y como yo no le gusto
a ese degenerado
porque no me da la gana de decir be
cuando quiero recitar el abedecario entero
no me esfuerzo
y lo miro de tú a tú
y le pregunto
porqué demonios
debes ser tú Dios
más que yo
siendo menos.
Siendo nada.
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