martes, 13 de noviembre de 2012

Quién soñó a quién




Lo retuvo  durante meses.
Solo suyo.
Sin piedad del llanto derramado,
sin miedo de toda la rabia,
sin misericordia de las súplicas
Glacial como es ella, lo retuvo,
ajeno a la casa y a la vida,
 sin señales sin pisadas
ni  soplos de esperanza
-No sé, ese jarrón que se cae,
 o esa luz que se apaga sin un  pretexto-

Pero de un tiempo a esta parte,
quién sabe de que estrategias
se ha valido 
que dicen su nombre las cortinas
 cuando las mueve la brisa de la noche
y tiene su cara la luna cuando es tan redonda
que rebosa hasta derramarse en niebla
y sus pasos retumban
en el tambor de los pasos de un desconocido
que se acercan por la avenida
 o se detienen a encender un cigarrillo
a contravento.
Quién sabe cómo ha encontrado el camino
y la llave para escapar de los dominios
de la dama de hielo.
Quien sabe de qué zalamerías se sirvió
para engañar
 a  la solitaria dueña de la guadaña, 
 Cómo planeó la fuga y se acercó finalmente a mis sueños, 
cada noche. Casi cada noche.
Viene y me susurra algo al oído
y yo le sonrío y nos  volvemos niños
y venimos los dos corriendo
por la cuesta de la fuente
con los bolsillos llenos de moras maduras
y las manos y las bocas sucias
de su sangre violeta.
Llegamos a la pequeña meseta
donde crecen las malvas de flores carnosas
y los dorados jaramagos y esas florecillas azules 
que llamábamos zapatitos del niñojesús, 
y amapolas y lirios
 y las avenas locas y los cardos y las ortigas

Nos sentamos en el viejo tronco del nogal
que se llevó el viento
aquella noche en que el mundo parecía una pluma
y tú decías cierra los ojos que vamos a volar

Acercas tu boca a mi oreja y tu voz de niño sussura
Es hermoso estar vivo hermana.
Qué triste que tú te hayas muerto.

Despierto, extiendo los dedos,
preguntándome quién soñó a quién.

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