sábado, 13 de agosto de 2011

Estampa de verano





A través de los balcones
y de los visillos dormidos
entra la magia de la noche,
vestida de neón.



Una mujer fuma
apoyada en el alféizar,
y las hilachas de humo
parecen tentáculos de medusa
nadando en el fondo del cielo.
Todavía quedan insomnes
en la terraza del bar Manila
bebiendo con desidia
la última cerveza helada;
mientras la sombra de un borracho
atraviesa
la calle desierta
sin más compaña
que una vieja farola.

En la lejanía
aulla una sirena.

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