jueves, 11 de agosto de 2011

Pornopoesía marina

I

Desde su puesto

vacante en la nada,

un aprendiz de brujo

dirige la orquesta

de los astros

y sus satélites

Un minué

silencioso

e ingrávido

de enaguas de gasa

y zapatitos de cristal

Es el baile de la noche


Debuta la luna

coronada de nácar

Es la noche de la diva

Mírala

cómo agita su melena metálica

en el espejo

del mar.


Vestido de fiesta,

de negro vestido,

como la muerte,

negro y obsceno

acecha el mar

Bello de noche

bajo la espléndida máscara

de intrépido bailarin,

esconde todo un mundo

que acecha

-Hierbas corrompidas

criaturas resbaladizas

conchas sin alma

pequeños monstruos

tullidos.-

El negro mar

el mar perverso

se deja cabalgar

por las nalgas heladas

de la reina

mientras adentro

se estremece

todo el horror que oculta.

II

A tí, luna engreída

alguien debería advertirte

que ese que viene

disfrazado de suave terciopelo

y que te ofrece su espalda

como espejo

de tu melancólica danza,

ese,

no es de fiar.

A tí, sí , gran diva,

cuando menos lo esperes

sentirás bajo tu falda

de ágatas


el escalofrío

de una lengua blanca

de espuma


Un apéndice nacido

de las entrañas

del mar,

falsamente blando,

emisario pacífico

de la gran danza final,

del ataque

a traición de toda su artilleria

de pétreas caracolas

de peces de fuego

y medusas de metal.

III

Miras el mar

miras la luna

dices

hermoso

todo este paisaje

y tú

y yo

y lo que se avecina.



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