jueves, 1 de septiembre de 2011

Wanda

Aquí no se juega a pares, 
mi dulce criatura.
 Estás entrando en tierras de diosas;
 y Venus no regala manzanas de oro 
a sus humildes vasallos. 
 Aquí no hay batalla de cuerpos
 ni de salivas
 ni de manos
 ni de grutas 
 Estás en mi templo 
donde deciden las leyes de las estrellas 
y los latidos de la noche más oscura 
 Aquí se entra desnudo, 
de rodillas, 
inerme y  agradecido
 al pie de mármol 
que lamerá tu lengua de fuego.

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